Un aspecto importante al cual
debemos prestar atención, es al tipo de palabras que elegiremos enseñar a
nuestros niños. Para esto, la propuesta que se hace en este módulo es basarse
en los planteamientos que realizan los autores Beck, Mckeown y Kucan (2011).
Estos autores clasifican las
palabras en los siguientes niveles:
Palabras de Nivel 1: Son palabras
que los niños escuchan en conversaciones cotidianas en sus casas, en el colegio
u otros contextos donde se desenvuelven. Los niños las aprenden con facilidad y
de manera incidencial, por lo que no es necesaria una enseñanza explícita. Ejemplos:
casa, cuchara, mesa, etc.
Palabras de Nivel 2: Son palabras
que no son utilizadas frecuentemente en el lenguaje cotidiano, pero aparecen en
libros o textos escolares. Es decir, son palabras poco familiares, pero que conocerlas
es de gran utilidad para adquirir nuevos conocimientos y expresar ideas con más
precisión. Ejemplos: furiosa, ridículo, escabullirse, interior.
Palabras de nivel 3: Son palabras
poco frecuentes y que respectan a una disciplina específica. Es por esto que
aprender estas palabras, para niños preescolares no contribuye a su comprensión
ni a la expresión de ideas. Ejemplos: cornea, hemoglobina, zenit, vector, imperialismo.
El desafío que tenemos es
trabajar palabras de nivel 2 a
través de los cuentos y poemas que leamos a nuestros niños ¿Cómo?:
1.- Contextualizar la palabra: esto
se refiere a formular una pregunta que le permita a los niños identificar en
qué parte de la historia está la palabra. Por ejemplo, si se está trabajando
con la palabra “ridículo” en el cuento “La Bruja Winnie”, pregunte: ¿cómo se
sintió Wilbur cuando era multicolor? Si los niños presentan dificultad para
contestar, puede volver a leer esa parte del cuento.
2.- Dar una definición amigable: es
utilizar palabras simples para explicar el significado de la palabra para que
los niños puedan comprender fácilmente. Por ejemplo: Ridículo es algo o alguien
que por lo raro que es, nos hace reír.
3.- Dar ejemplos: es ejemplificar
la palabra de distintas maneras, extendiéndola más allá del cómo aparece en el
cuento o poema. En este paso, debemos dejar que los niños decidan si la palabra
utilizada corresponde al concepto aprendido o no. Por ejemplo: “si me pongo una
nariz de payaso para venir a trabajar me voy a ver ridícula”, “mi papá se vería
ridículo si....”.
También podemos utilizar
estrategias como: jugar con oraciones “verdaderas” y absurdos: la profesora
dice “si le pongo a mi perro un sombrero”, “cuando me como una empanada me
siento ridículo”. Los niño/as deben decir si es ridículo o no. Lo pueden
manifestar diciendo la palabra “ridículo” cuando corresponde o quedándose en
silencio si el ejemplo no corresponde a algo ridículo. Se puede realizar el
mismo ejercicio pero que las respuestas sean movimientos corporales.
4.- Interactuar con la palabra: en
este paso, se le debe solicitar al niño/a que cree ejemplos con la palabra. Si
presentan dificultades se le puede realizar una pregunta para que él o ella
responda.
También se utilizar juegos como
por ejemplo: Los niños deben completar la oración a partir de la situación que
presenta la educadora. Por ejemplo, si elegimos con el cuento “Dorotea y
Miguel” de la colección Bunas Noches, podemos trabajar con la palabra
“anunciar”. Entonces la profesora dice: “en
el cuento Miguel le anunció a sus juguetes que iba a salvar a la princesa. Anunciar
significa decir o contar algo. Entonces ¿Qué podría anunciar el señor de las
noticias?” Los niños responden “El señor de las noticias podría anunciar....”. ¿Qué
podría anunciar la morá Evelyn? La morá Evelyn podría anunciar..... Es
importante que en los ejemplos que den los niños, éstos verbalicen toda la
oración mencionando la palabra trabajada, en este caso, la palabra “anunciar”.
5.- Representación fonológica: en
este último paso, los niños deben verbalizar la palabra ya sea a través de
preguntas como ¿qué palabra aprendimos hoy?, ¿con qué palabra jugamos hoy? O
con juegos como los mencionados anteriormente. Una vez trabajado la palabra, es
favorable escribirla (en los cursos más grandes) o buscar una imagen que la
represente, y pegarla en un lugar visible en la sala. Así se podrá formar un
lugar de vocabulario o una pared de palabras.
Observa este video donde se muestran alguno de los pasos descritos anteriormente, ¡te quedará mucho más claro!
Este es otro ejemplo (video) de cómo trabajar los pasos descritos anteriormente
¡Una imagen vale más que mil
palabras!
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