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lunes, 19 de octubre de 2015

¿Cuál es la relación entre lenguaje oral y lenguaje escrito?

Comparto esta información otorgada por Jessy Lax.¡Muchas Gracias!

Existe gran evidencia de la estrecha relación que existe entre lenguaje oral y lenguaje escrito. Es importante explicitar que en el lenguaje escrito nos encontramos tanto con la escritura como con la lectura, los cuales implican una construcción social.
Según Orellana (2010) el dominio del lenguaje oral determina en gran medida el aprendizaje posterior del niño. A su vez, este bagaje léxico le facilitará la comprensión de que la lectura es un medio para obtener información y para entretenerse.
Por otra parte Orellana (1996) señala que el desarrollo del lenguaje oral se da a partir de dos situaciones:
- La Interacción lingüística à el lenguaje se autoconstruye, es decir, el niño descubre las reglas del comportamiento lingüístico a partir de la interacción que tiene con el adulto. En esta interacción, el niño realiza hipótesis de la utilización del lenguaje, el cual, confirma o rechaza según su propia experiencia. Así, el niño realiza una autoconstrucción semántica, sintáctica y fonológica. Esta idea se relaciona con lo que plantea Bravo (2011) al señalar que, la adquisición del lenguaje oral depende del nivel sociocultural  en el cual esté inmerso el niño y el vocabulario que se emplea en éste. La interacción con los medios escritos (leídos o escucharlos) también influirá en el desarrollo de dicho vocabulario. Por otro lado, el lenguaje no sólo se usa para comunicarse, dice el autor, sino que también es una expresión de la elaboración de los procesos mentales y del nivel intelectual, los que están influidos por procesos culturales y sociales. Así, la complejidad de los sistemas lingüísticos exige mucho más que poseer un sistema fonoarticulatorio en buenas condiciones, exige la interacción interpersonal, en donde el niño reciba mensajes orales, de los cuales pueda ir construyendo el desarrollo de su lenguaje.
- El conocimiento metalingüístico à Este aspecto del lenguaje no se desarrolla a partir de la interacción e implica un proceso de matacognición. Se relaciona la “habilidad de reflexionar sobre el lenguaje, separando la forma del significado (…) se refiere al conocimiento del lenguaje y no al uso de éste para la interacción.”[1] Dentro de este aspecto cabe señalar los aspectos semánticos, sintácticos y fonológicos:
 * Aspectos semánticos: “Se relacionan con la toma de conciencia de la organización de los contenidos lingüísticos en la memoria y con la fluidez para establecer relaciones significativas dentro de los contextos específicos en los que se usa el lenguaje”[2]. Se refiere a la simbolización a partir del lenguaje y a la organización de los contenidos lingüísticos en la memoria, es decir, del léxico interno y las redes semánticas.
* Aspectos sintácticos: Se refieren a la organización de las palabras dentro de un mensaje, con el fin de que éste sea consecuente con la intencionalidad del hablante. A su vez, este aspecto, también permite obtener información de los mensajes recibidos.
* Aspectos fonológicos: Se refieren a la toma de conciencia de las unidades mínimas que componen las emisiones lingüísticas. Según el resultado de diferentes estudios éste es el aspecto que tiene mayor poder predictivo respecto al éxito o fracaso en la lectura inicial (Orellana, 2000).
            Ahora, según Villalón (2008) el aprendizaje de la lectura y la escritura requiere de una atención conciente hacia las características del lenguaje oral, que se dominan inicialmente de manera inconsciente y se automatizan progresivamente durante los primeros años de vida. De esta manera, la calidad de la educación que se entregue durante los primeros años de vida, aporta la base para el desarrollo de las destrezas lingüísticas de comprensión y expresión.
Orellana (2010) señala que la lectura es el cómo se produce el lenguaje oral a partir del lenguaje escrito, y la escritura es un proceso gráfico, por lo tanto se produce una interacción entre ambos. Leer sería entonces acceder al significado del texto, para lo cual, basándose en el estudio de Piras (2006), señalado por la misma autora, el lector despliega estrategias que lo llevarían a una determinada “competencia lectora”. Estas estrategias se relacionan con la identificación de palabras, predicción, confirmación e integración. 
Así mismo, la autora (Orellana 2000) postula que aprender a leer es más que conocer el principio alfabético, sino que implica además, ser capaz de reconocer los signos gráficos con el sonido que cada uno representa. Es decir, al conocimiento de código en necesario y fundamental en el aprendizaje de la lectura dado que es la base para la decodificación.
Además de lo señalado en el párrafo anterior, en el aprendizaje de la lectura, es necesario potenciar la metalingüística en el niño con el fin de que puedan manipular de manera conciente sus componentes semántico, sintáctico y fonológico, señalados en párrafos anteriores.
De esta manera, “el aprendizaje normal de la lectura necesita que los niños hayan alcanzado el desarrollo de una base psicolingüística para poder efectuar una discriminación conciente de sílabas y fonemas, que les permitan reconocer las palabras como un conjunto articulable y con significado. Este proceso específico debe ir acompañado de una red de contenidos semánticos mínimos”[3] . Además, el aspecto fonológico ayudará, principalmente, al proceso de decodificación de las palabras; en relación al aspecto semántico, al tener redes semánticas ricas y flexibles facilita la comprensión de lo escrito, pudiendo encontrar información no explicita en el texto y accediendo de manera logográfica a las palabras; por último, en cuanto al aspecto sintáctico, permite entre otras cosas, familiarizarse con ciertas estructuras, lo cual facilita la fluidez al leer.
            De esta manera, aprender a leer es aprender a desarrollar una vía de acceso a la información escrita. En relación a esto, cabe señalar que, según Alegría (2005) las palabras frecuentes se identifican más rápido que las menos frecuentes, lo que hablaría de un desarrollo de la vía directa de lectura. Esto se relaciona con las vías de acceso a la lectura, las cuales serán explicadas más adelante.
            Por otra parte, se observa una estrecha relación entre el lenguaje oral y escritura. La escritura es un lenguaje expresado por signos gráficos, convencionales, sistemáticos e identificables, es decir, es “una reformulación del lenguaje hablado, con el propósito de ser leído”[4].
            La escritura es antecedida por el habla y por la lectura, por lo mismo, todo lo que puedan aprender y potenciar en estas etapas anteriores, enriquecerá el proceso de escritura, y por el contrario, cualquier dificultad que se tenga, podrá causar alteraciones al momento de iniciarse en el proceso de escritura. Cabe señalar también que, es posible que un niño tenga un buen desarrollo en el habla como en la lectura, pero puede presentar dificultades motoras que afecten en su escritura, específicamente en la grafía.
            Así, la escritura no es sólo la capacidad de poder escribir ciertos signos gráficos. Además de la grafía, la escritura conlleva la ortografía (lineal, puntual y acentual) y la transmisión de un mensaje.
            Ahora, es importante señalar cómo los elementos del lenguaje oral están implicados en la escritura:
- Aspecto fonológico à A través de este componente se logra la toma de conciencia de la lengua y de cómo ésta se puede segmentar en unidades más pequeñas que se representan a través de ciertos símbolos establecidos arbitrariamente. Así, lo mencionado anteriormente se logra por medio de dos mecanismos, la metacognición, la cual se refiere a la vía indirecta de acceso al lenguaje escrito; y la autoconstrucción, es decir, la vía directa de acceso al lenguaje escrito. (Ambas vías fueron descritas en párrafos anteriores).
- Aspecto semántico à En este aspecto, hay dos procesos que se retroalimentan. Por un lado, encontramos la simbolización, la cual se relaciona estrechamente con la formación de conceptos a un nivel mental. Esta simbolización de conceptos influye directamente en la expresión y comprensión del lenguaje escrito. Por otra parte, se encuentra la velocidad de transformación simbólica, la cual está influida por organización de la memoria, es decir, por la calidad y organización de las redes semánticas que posea una persona (categorizaciones); de esto se desprende además, que en la velocidad de transformación simbólica, influye el bagaje léxico que se haya construido a través de distintas experiencias. Así, el aspecto semántico del lenguaje, facilita la construcción de mensajes pudiendo utilizar términos más precisos en cada expresión escrita.
- Aspecto sintáctico à Es importante señalar que en este aspecto de la escritura, es necesario realizar una metacognición de los elementos que componen una oración, y la función que cumple cada una de estas partes. Así, además de poder estructurar de manera adecuada un escrito, éste tendrá un significado coherente.
            Por otra parte, aprender a escribir implica que los niños conozcan los procesos de transformación del habla en signos gráficos, los cual se realiza a través de la caligrafía y de la ortografía. Además, es necesario que el niño conozca los proceses de transformación del mensaje en un escrito con estilo. Esto se refiere a cuando se escribe, no se utilizan las mismas expresiones que en el lenguaje oral, y para poder transmitir el mensaje de la manera más eficaz posible, es necesario apoyarse en los signos de puntuación y realizar una organización clara de las ideas que se quieren transmitir.
            Lo mencionado anteriormente lo ratifica Diaz (1996) al señalar que para el desarrollo del lenguaje escrito, el niño requiere una serie de competencias lingüísticas y cognitivas.
Así, por último, se puede decir que el proceso de lectura y escritura, no sólo es relacionar grafema – fonema, sino que además, se debe procesar “información sintáctica y semántica, lo que llevaría a pensar que un adecuado desarrollo de los sistemas fonológico, semántico y morfosintáctico es necesario e indispensable para afrontar con éxito el aprendizaje de la lectura y escritura”[5]. De esto se desprende, que en el desarrollo del lenguaje escrito, además de las habilidades psicolingüísticas, el niño debe desplegar sus conocimientos previos los cuales están determinados por el entorno cultural en el cual este inserto. Desde esta perspectiva, el niño no un agente pasivo, sino que es un agente constructor del lenguaje, interactuando con éste y utilizando para satisfacer múltiples necesidades.




[1] Orellana, pág. 214, 1996
[2] Orellana, pág. 40, 2010
[3] Bravo, pág, 114, 2011
[4] Condemarín y Chadwick, pág. 8, 1986
[5] Diaz, pág. 201, 1996

2 comentarios:

  1. Las actividades del curso de desarrollo de vocabulario fueron muy útiles, para mi desempeño en la sala, ya que me permitió darle mas énfasis a las palabras claves y desarrollar la conciencia semántica en los niños.Muchas gracias!!

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  2. El curso Desarrollo del Lenguaje, fue muy interesante y positivo para mi, ya que me dio la oportunidad de llevar a cabo los conocimientos aprendidos, como también desarrollar en los niños la parte semántica, ampliar su vocabulario,etc.
    Felicitaciones!!!!

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