Como primera premisa, debemos tener presente que el
desarrollo del vocabulario en la educación preescolar se debe realizar
principalmente en forma oral, a través de conversaciones sobre temas de interés
de los niños, así como mediante lectura de cuentos, poemas, recetas, textos
informativos, etc. Como mencionamos en el módulo anterior, este trabajo de
vocabulario en forma oral es primordial para la lectura, ya que si un niño ha
iniciado su trabajo en vocabulario, irá en un futuro, reconociendo en el texto
las palabras que ha escuchado y conocido de forma oral. A pesar de la
importancia que tiene el aspecto semántico y pese a que la mayoría de las
educadoras reconocen su importancia, muchas declaran no poseer las herramientas
necesarias para poder incrementar el vocabulario de los niño/as de sus salas de
clases.
Ahora, lea el siguiente texto:
“Se planteó el diagnóstico de probable histoplasmosis o psitacosis
y se inició tratamiento con tetraciclina y fluconazol. Se solicitaron exámenes
serológicos para ambas patologías.”
Seguramente usted logró decodificar el texto, pero ¿logró
comprender el mensaje de éste? De este ejemplo podemos concluir que, al
enfrentarse a un texto, no basta con que pueda decodificar las palabras que
aparecen en él, sino que además debemos otorgar un significado a éstas y poder
relacionarlas en un todo coherente. Es por esto que es fundamental que los
niños posean un bagaje léxico (“cantidad de palabras”) rico y bien organizado en redes semánticas, ya que de esta
manera podrán rescatar el significado de las palabras de manera eficiente. De
aquí la relevancia de que las educadoras realicen un trabajo explícito y
sistemático de vocabulario, comprendiendo la directa relación de éste con la
habilidad que tendrán sus alumnos para comprender lo que están leyendo a futuro
y con lo que escuchan en el día a día.
Es importante que educadoras tengamos presente dos conceptos
importantes en la enseñanza del vocabulario: Amplitud y Profundidad.
Por amplitud entenderemos el número de palabras que un niño
conoce. Sin embargo ampliar el bagaje léxico de un niño es más que dar a
conocer una lista de palabras, también es importante la profundidad. Cuando
hablamos de profundidad estamos hablando de dos aspectos del vocabulario:
1.- La comprensión de las relaciones entre las palabras (Por
ejemplo, se debe trabajar para que los niños comprendan que dentro de la
palabra “mesa” existen distintos tipos: de comedor, de trabajo, grandes, chicas,
etc. Y que a su vez esta palabra pertenece a una categoría semántica más amplia
llamada “muebles” junto con otras palabras como silla”, “sofá”, “estante”, etc.)
2.- La comprensión de los distintos significados y usos que
puede tener una palabra (Por ejemplo, la palabra “canal” puede hacer referencia
a un canal de televisión o a un canal de agua. El significado lo determinará el
contexto en el cual esta palabra se utilice)
De esta manera, es importante trabajar con los niños tanto
la amplitud de vocabulario como su profundidad. Potenciar el vocabulario de los
niños no es sólo trabajar la amplitud sino que debemos profundizar en ese
vocabulario, es decir, ayudar a los niños, a través de múltiples experiencias
en relación a las distintas palabras, a pensar cómo se relacionan, cómo y
cuándo se pueden utilizar, etc. Así, lograremos que los niños posean un
vocabulario productivo que potencie la comprensión y el desarrollo del pensamiento.
muy bueno gracias
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